Cupping

Cupping

El cupping es un tratamiento físico que se emplea para aumentar el drenaje linfático y la irrigación sanguínea aplicando succión sobre la piel, con pequeñas ventosas.

 
 
 

Ventajas y beneficios

  • Disminución de contracturas y espasmos musculares prolongados y dolorosos, causados casi siempre por tensiones excesivas en el músculo.
  • Fortalecimiento de los tendones subyacentes del tejido, previniendo que se rompan y produzcan lesiones.
  • Favorecimiento del drenaje linfático y por ende, de sustancias nocivas y de desecho, como toxinas. El cupping es un tratamiento desintoxicante.
  • Eliminación de la acumulación de agua y grasa, que suele originar edemas e hinchazones en los tejidos.
  • Incremento del riego sanguíneo por la vasodilatación local, que aumenta el paso de sangre oxigenada hacia los tejidos, y el drenaje de la sangre desoxigenada.

Definición

El cupping es una milenaria forma de tratar enfermedades físicas y que básicamente comprende la aplicación in situ de succión, por ello también se conoce como ventosaterapia o masajes con ventosas, y que iría destinada a promover la vasodilatación de los capilares cutáneos para aumentar así, el riego de la sangre en los tejidos, especialmente en los más periféricos para garantizar la correcta nutrición tisular. Estas ventosas son vasos esféricos, casi siempre de vidrio que, al ser calentados con fuego originan una succión instantánea. Dicha succión ocurre cuando el fuego agota el oxígeno circulante y comienza a “atraer” rápidamente aire hacia su interior, pero en este caso, la ventosa se coloca herméticamente sobre la piel y la “hala” hacia adentro. La zona de piel “succionada” se tornará un tanto roja debido a la dilatación de los vasos sanguíneos, aumentando el caudal sanguíneo hasta las células. Aparentemente, esta reacción en la piel superficial también ejerce efecto en los vasos sanguíneos más profundos, como los capilares musculares y articulares. Este procedimiento suele durar 3 minutos por taza, siendo de 3 a 5, la máxima cantidad de tazas colocadas en una zona del cuerpo; al terminar se aplica una pomada antibiótica para prevenir infecciones de la zona.

¿Para qué la empleamos en Instituto Ordóñez?

Esta terapia puede ayudar en gran medida en casi cualquier patología que curse con dolor e inflamación tanto de los tejidos cutáneos y subcutáneos, como de las estructuras más profundas, entre ellas los músculos, huesos, ligamentos y tendones. El cupping ha sido utilizado exitosamente en casos de acné, herpes zóster, inflamaciones y edemas, dolor agudo y crónico (especialmente este último), parálisis facial, espondilosis cervical, trastornos anémicos y hemofílicos, enfermedades reumáticas como la artritis y fibromialgia, la hipertensión arterial, migrañas, ansiedad, depresión, congestiones bronquiales por asma o alergia, venas varicosas, entre otros. Es importante destacar que esta práctica física es compatible con la administración de fármacos.

¿Por qué funciona?

El cupping o tratamiento con ventosas (también llamado ventosaterapia) funciona debido a que aumenta notablemente la cantidad y calidad de la sangre que no sólo llegará a los tejidos menos irrigados, sino además que permitirá el drenaje de la sangre estancada. Al menos en los casos de tratamiento de músculos, articulaciones y tendones, los puntos de aplicación de las ventosas deben corresponder con los sitios específicos de las “zonas gatillo” en las que el dolor se produce, esto con el fin de desactivar dichos puntos dolorosos y así recobrar el bienestar físico. La mayoría las afecciones físicas tienen como origen o bien, una disminución de la nutrición (por falta de sangre oxigenada y enriquecida) o bien, o una falta de drenaje de sustancias tóxicas como el ácido láctico, que es un subproducto del metabolismo de las células musculares y que, al acumularse produce dolor actuando en los receptores nerviosos del músculo. Este tratamiento también ha sido probado en combinación con acupuntura (punción de la piel con agujas muy finas en sitios de estimulación neurológica) aumentando su efectividad; en todo caso, el profesional que lleve a cabo estas prácticas debe estar calificado y certificado.