Drenaje linfático

Drenaje linfático

El drenaje manual linfático (DML) es una popular forma de terapia física que favorece la circulación de la linfa a través del sistema de vasos linfáticos del organismo con masajes.

 
 

Ventajas y beneficios

  • Reabsorción de líquidos. El edema, ocasionado por aumento del líquido extracelular en un tejido, se vería obligado a entrar en la circulación sanguínea, disminuyendo su volumen.
  • Menos infecciones, sistema inmune más fuerte. El drenaje manual linfático (DML) estimularía el recambio de las células inmunológicas, para mantener a raya las infecciones.
  • Depuración de toxinas y sustancias de desecho. Las sustancias tóxicas y de desecho, producto del metabolismo de las células, serían rápidamente movilizadas a sitios más seguros.
  • Efecto relajante. El masaje en sí produce un efecto calmante en los músculos y estructuras blandas, ayudando así, a disminuir el estrés y el cansancio.
  • Aceleración de la cicatrización. El drenaje manual linfático (DML) promueve el recambio celular y la consolidación de tejidos cicatriciales, en heridas traumáticas o postquirúrgicas.
  • Aumento del flujo sanguíneo local. La terapia manual podría aumentar notablemente la circulación de la sangre en los tejidos, aportando nutrientes y sacando fuera los desechos, el dióxido de carbono.

Definición

El drenaje manual linfático (DML) es una muy extendida técnica terapéutica manual que favorece, por medio de masajes suaves, continuos y rítmicos, la circulación de la linfa a través de los vasos linfáticos hasta su desembocadura en las grandes venas. La linfa es una sustancia líquida que transporta innumerables sustancias de desechos de los tejidos, células muertas, macrófagos y otras células del sistema inmunológico, que defienden al organismo de las infecciones por virus, bacterias, hongos y parásitos; también transporta grandes gotas de grasa absorbidas en el intestino delgado por los vasos quilíferos y proteínas especializadas en el reconocimiento de cuerpos extraños, llamadas inmunoglobulinas. El objetivo de este procedimiento terapéutico es evitar el estancamiento de la linfa en los tejidos periféricos y su saturación con sustancias tóxicas. Es completamente indoloro suele durar menos de una hora.

¿Para qué la empleamos en Instituto Ordóñez?

Este tipo de práctica de masoterapia ha sido utilizada exitosamente en patologías de la piel como el acné, la celulitis (aumento de agua dentro de células adiposas), edemas faciales (como las “bolsas” de los párpados), várices. Sin embargo, el drenaje manual linfático (DML) es la terapia de elección por excelencia en linfedemas, que se refieren a la acumulación exagerada de linfa, especialmente en las extremidades. También en casos de fibromialgia, edemas por embarazo, edemas por infecciones de vías respiratorias superiores como la sinusitis o la rinitis, edemas por accidentes traumáticos como los hematomas, luxaciones, distensiones y desgarros musculares, lesiones deportivas; en la artritis y la artrosis ha revelado su utilidad, al igual que en úlceras de decúbito.

¿Por qué funciona?

Las vías linfáticas son vasos que transportan unidireccionalmente la linfa a través del cuerpo, desde las zonas más periféricas hasta la circulación sanguínea sistémica, no obstante, los movimientos de contracción rítmica que tienen estos vasos son en muchos casos, insuficientes o muy débiles para mover la linfa, haciendo que se quede estancada y ocasionando muchos problemas en los tejidos. La terapia física que se produce con el drenaje manual linfático (DML) busca, por medio de masajes suaves pero constantes, llevar esa linfa estancada a través su trayecto natural o bien por nuevas vías, saliendo de los tejidos. Una de las desventajas de este tratamiento es que las sesiones deben ser periódicas para mantener el flujo drenante de la linfa.